ENTREVISTA A ANTONIO BERLANGA PINO
Con motivo de la publicación de Libro de Romances (En homenaje a Federico García Lorca)
- Antonio, este es su vigesimosexto libro publicado. ¿Por qué ha decidido volver al romance precisamente ahora, cuando la poesía contemporánea parece alejarse de las formas métricas tradicionales?
Porque entiendo la poesía como un ente vivo, capaz de manifestarse en todas sus formas, capaz de sobrevolar sobre el propio tiempo, pero sin una ruptura de pleno con este factor temporal que, como sabemos, es condición necesaria para todo ejercicio poético; se da pues todo el protagonismo a lo que se quiere comunicar y expresar, aún así este romancero no deja de ser, por otro lado, y en buena parte, materia temática de esta época.
- En su nota preliminar afirma que el romance constituye “la pura médula expresionista de la poesía”, citando a García Lorca. ¿Qué descubre el romance que otras formas poéticas no logran capturar? ¿Qué tiene ese octosílabo asonantado que sigue resonando después de siglos?
El romance transmite una vibración musical muy viva, muy palpable, directa, bien concatenada, y este milagro se obra, precisamente, a través de su pobre desnudez instrumental, es decir que con pocos medios se logra mucho, pues se pone todo el ímpetu en que esa saeta emocional se clave en el mismo corazón del oyente o lector, por eso es la forma más adecuada para el canto y la oralidad de la poesía. Por darle un ejemplo: el soneto, con toda su carga instrumental y todo su ornamento barroco no alcanza estos varemos emocionales ni siquiera musicales, ya que su acrecentado tecnicismo ahoga su propio sentido de transmisión; en cambio ese octosílabo asonantado del romance fluye sin alharaca ni perla, sólo con el vivísimo esplendor que sale de la llama intuitiva.
- El poemario aborda realidades contemporáneas —transexualidad, violencia de género, homosexualidad— utilizando una forma métrica centenaria. ¿Cómo logra ese equilibrio entre tradición formal y actualización temática sin que el romance parezca disfraz anacrónico?
Aquí pienso que la temática es una cosa y el molde con qué se comunica es otra, aunque no están disociadas. Se podría asemejar esto a un pájaro que en cada paisaje tiene unas alas distintas, y ese anacronismo de origen se va modulando y matizando sobre la marcha para convertir lo que es viejo en radiante actualidad. Supone de algún modo la renovación o incluso actualización de este metro, y por tanto ese “disfraz anacrónico” se neutraliza en parte para lograr, como bien dice usted, ese equilibrio necesario donde ambas piezas no se eclipsen mutuamente, sino que se complementen.
- Los Romances de la Guerra y Posguerra Civil constituyen una sección particularmente potente: Blas Infante, García Lorca, la Desbandá de Málaga, los fusilamientos en Álora. ¿Qué responsabilidad siente al convertir memoria histórica en materia poética? ¿Cómo se equilibra rigor documental con libertad creativa?
Creo que este es el nudo gordiano de la entrevista. Le puedo decir que llevo tiempo atrás rumiando en mi interior la posibilidad de convertir estos acontecimientos trágicos en materia lírica, y, sin vanagloria ninguna, creo que mi creación en este campo ha superado mis expectativas. Quiero dejar claro que no es oportunismo a través de una instrumentalización política del arte, ni mucho menos. Pretendo quizás en este bloque una visión historicista o historiada dentro de lo que conocemos como “arte humanizado” donde la poesía obtenga una reinterpretación de conjunto en distintos planos sociales, pero sin abstraccionismo político propio; la tendencia hoy es la opuesta, pues se cae demasiado en el individualismo y en el acontecer cotidiano de cada historia propia; por ello reconstruyo desde mi imaginación e intuición esa arquitectura de imágenes que rompen a veces el plano real, imágenes tantas veces ocultas en épocas pasadas e incluso en esta. Pero esta imaginería dramática debe dejar constancia de su praxis documental. Todo ello lo resumo con la frase: “sensibilidad en carne viva desde la memoria”.
- Reconoce explícitamente la influencia lorquiana, pero aclara que no busca hacer “una versión de los romances gitanos del gran Federico”. ¿Cuál es la frontera entre homenaje y subordinación? ¿Cómo construye voz propia orbitando en el universo gravitatorio de Lorca?
En este punto hay que dejar claro que Lorca, como poeta poderosísimo que aúna inteligencia extrema, sensibilidad máxima y acertada precisión, consiguió llevar el neo-popularismo en poesía hasta las mismas puertas de la vanguardia; con esa extraña simbiosis acaparó un terreno extensísimo y arrastró en ese viaje materiales líricos que hoy podríamos llamar “altamente genéricos” o lo que es lo mismo de “patente lorquiana” con lo cual cualquier poeta de hoy que haga poesía formal tendrá necesariamente que pasar por ese universo lorquiano, y no lo digo tanto por los clásicos sino por los de cuño moderno, aunque su deseo sea alejarse de él, y es porque esa sombra es imperecedera. En mi caso no es tanto por el estilismo, que también en cierto modo, porque imitar o versionar a Federico es casi imposible; mi componenda lorquiana en cuanto a esa influencia es más por temática o género que por estilo, y eso me lleva, indudablemente, a él, pero esa supuesta subordinación en origen se va volviendo relación, diálogo, encuentro, punto de apoyo en parecidas coordenadas geográficas. Creo que a eso atiende esa frontera entre subordinación y homenaje. En cuanto a mi voz propia dentro de ese universo gravitatorio, tiene fácil respuesta: la mía está más enraizada en la lógica poética, es más directa, más desnuda, más propensa a cristalizar, e incluso diría que es ingenua en su catequesis lírica, y por tanto no posee ese gran motor de sinestesia y ese poder de absorción síquica que solo les he dado a los genios, pero esto no quiere decir que mi obra no pueda competir en un mercado literario, sino todo lo contrario.
- Habla de la dificultad de mantener equilibrio entre “plasmación narrativa y la lírica o puramente poética” para que el poema no se vuelva “simplemente relato, cuento o narración”. ¿Qué estrategias técnicas emplea para preservar intensidad lírica sin sacrificar el carácter narrativo inherente al romance?
En este aspecto hay que volver de nuevo a Lorca para entender el cambio que se produce en el romance moderno, aunque incluso habría que remontarse ya a Góngora, verdadero gestor de este cambio, para entablar mejor esta teoría. Lorca planteaba convertir el romance tradicional, generalmente plasmado como narración, pero con todos los atributos de poema, en romance lírico, pero siguiendo esa pauta narrativa para que este no pierda su esencia, y lo logró magistralmente con su popularísimo Romancero Gitano, a pesar de que ello lo encasillaría en un roll que no deseaba. Con mi Libro de Romances me planteo el mismo dilema. Para ello me propongo armonizar cada faceta literaria con el fin de que el poema resulte dinámico, y esa cierta monotonía (propia de este género) no resulte carga sino componente natural. Por ello es preciso que los diferentes módulos creativos intervengan y se posicionen en el momento adecuado. Narración, documentación, variabilidad lírica y musical, diálogos, coberturas teatrales, van encajando como piezas de una misma maquinaria, consiguiendo que esa arquitectura poemática se mueva o se eleve hasta alcanzar niveles de creación artística.
- Andalucía —Málaga, Granada, Sevilla, Álora— funciona como geografía constante del poemario. ¿Es el romance inherentemente andaluz o simplemente la tradición lorquiana ha marcado tanto el género que ya no se concibe fuera de esa territorialidad? ¿Podría haber romances manchegos o gallegos con la misma resonancia?
Pienso que no, que no tiene porqué ser el romance inherentemente andaluz. Hay territorios que también juegan un papel importante en este género como es Castilla y León, pero puede haber piezas destacables o pudiera haberlas en la literatura galaico-portuguesa, en la catalana o la vasca. Lo que pasa es que volvemos a lo mismo, y es que Lorca, situado en una categoría social y cultural de élite, en pleno siglo XX renovó e incluso revolucionó el género pero sin perder sus características populares que favorecen tanto su propagación, y esto lo hace, sin duda, influenciado por su geografía de origen, de hecho llamó a su romancero “poema de Andalucía” una especie de “retablo andaluz” por lo tanto de marcado tinte nacionalista y por ello, precisamente, hunde sus raíces en civilizaciones antiguas que marcaron este territorio. Aunque tengo que decir al respecto que la geografía marca tu prurito artístico, pero no lo define totalmente, porque yo podría construir romances dentro de un territorio situado fuera de nuestras fronteras; de hecho, la pena, el dolor, o el dramatismo en mi romancero son un trasfondo humano trasladado a un plano universal. Pero al margen de Lorca, no cabe duda de que Andalucía es una gran potencia en este registro; aquí se recrean y nacen unas de las mejores piezas romancistas de la historia, muchas de ellas en el periodo de guerras fronterizas entre musulmanes y cristianos; de estas una se recrea aquí en Álora, mi ciudad natal “Álora la Bien Cercada” donde cae muerto D. Pedro de Rivera “Adelantado de Andalucía” en una de sus incursiones.
- Vivimos en la era de la inmediatez digital, el verso libre predomina en redes sociales, la poesía breve y confesional arrasa en ventas. ¿Qué papel puede cumplir el romance en este panorama? ¿Para qué públicos escribe cuando elige una forma que exige cierta educación literaria para apreciarla plenamente?
Con esta pregunta da usted en la diana, y le respondo diciendo que es verdad que esta “democratización de la cultura y el arte” y en concreto de la poesía, perdiendo en cierto modo su exigencia y su aspecto canónico, resulta positivo porque da un amplio margen de creación y de ejercitación, pero también esto repercute en la calidad; esto es evolución lógicamente, y las redes sociales prestan, en este sentido, un papel importante. El romance, más que cumplir un papel, se adapta a estos parámetros de entender la literatura de hoy y ello pasa por la digitalización; de hecho su tarea es comunicar y transmitir sea en el medio que sea y a quién sea; por eso el romance moderno, donde se encauza mi libro, no tiene dirimidas sus fronteras sociológicas y esto es por su amplitud y diversidad, pues están escritos para todos: eruditos, críticos literarios, profesores, masa de lectores en general, y cualquier persona, sea cual sea su filiación social, religiosa, sexual, política, o sea cual sea su etnia.
- Varios romances —”Romance del Transexual Femenino”, “Romance de los Dos Homosexuales Apaleados”— abordan identidades LGBTQ+ con dignidad y sin victimización. ¿Cree que la poesía tiene obligación ética de documentar realidades marginadas? ¿O simplemente toda experiencia humana merece ser cantada?
Pienso que la poesía, entre otras funciones, debe cumplir una función social; que esta se nos aparezca humana, en carne y hueso, como se diría al modo lorquiano, pues no me veo en los postulados de los llamados “poetas en su torre de marfil”. La humanización del arte debe tener un reflejo en la médula lírica de todo poeta para que nuestra condición aventajada no sea indiferente con ningún estrato marginal que forma parte legítima de la sociedad, pero esto se alude y se canta sin victimización, como bien dice usted, poniendo la atención en la dignidad de todo ser humano.
- Al final de su nota dice que espera no dejar “indiferente a los amantes de la poesía, ahorrándoles ese bostezo de hipopótamo”. ¿Qué es lo que realmente busca provocar en sus lectores? ¿Qué sería para usted el éxito de este libro: reconocimiento crítico, ventas, pervivencia en el tiempo, simplemente haber honrado la tradición?
Quiero hacer una llamada de atención a la realidad que somos como género humano, con todas sus adversidades y contratiempos, pero sin provocar demasiada controversia o desazón. En cuanto al éxito del libro, no tengo claro lo que sería, creo que todo lo que usted nombra a la vez, aunque todo no se puede tener; de todos modos, y sea cual sea su resultado, pienso que el éxito está alcanzado con el simple hecho de haberlo escrito. Quiero para finalizar darle las gracias por su entrevista y su cuestionario de preguntas tan enriquecedoras e interesantes.
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