Título: NO PROFANAR EL SUEÑO DE LOS VERSOS
Autor: Diego ÁVILA (2009)
ISBN-13: 978-84-937016-8-0
Editorial: Poesía eres tú
Depósito Legal: SE-2920-2009
“No profanar el sueño de los versos”, de Diego Ávila, es un poemario donde se reivindica la poesía como un arma anárquica —y autárquica— de cañones recortados, y en la que la estrecha relación del autor con el arte nos muestra el lado más duro del mismo. Poesía oscura, donde el lector encontrará una parte de sí mismo, un reflejo de su propia existencia. Poesía zombie, como gusta definirla a Diego Ávila.
EL AUTOR:
Diego Ávila (1969) ha publicado los libros VIVIR PARA MATAR. NUEVE BIOGRAFÍAS DE ASESINOS EN SERIE (VOSA Ediciones, 2001) y MUJERES ASESINAS (Libro Hobby Club, 2005). El primero de ellos se tradujo al serbio en 2008 con el título de ZIVETI ZA UBISTVO. También ha publicado el cuento “Si Dios fuese drogadicto se llamaría William Seward Burroughs” en la antología RELATADOS (Editorial Fuentetaja, 2006). Su primera novela, POR NO VERTE, saldrá publicada en 2009. Algunos de sus poemas vieron la luz en la revista “Es hora de embriagarse (con poesía)”.
EXTRACTO DE LA OBRA:
Dehesaville
Tengo ante mí
un buen cacho de Madrid
—cortado a navaja,
como se cortan las hogazas de pan
de pueblo—
presidido por varias residencias
de estudiantes
que ya andarán rezándole
a la Diosa Vacación.
Veo cañerías repletas
de semen veinteañero,
esperma que fecundaría
a una muerta
y no puedo dejar de
pensar
que de ese semen jaculatorio
y hoy soñador
saldrá la España
que me amamantará
cuando sea un vejestorio
y el Alzheimer,
bendito Alzheimer,
amenace mis neuronas
con la nepenta
de
nacer cada día
crecer cada día
enamorarme cada día
morir
cada
día
mientras ellos
trabajarán un día
y trabajarán otro
y otro
y otro
y otro
y otro
y otro
y otro
y otro
y otro
(repeat ad nauseam)
y otro
para mantenerme a mí.
Que les jodan.
Yo ya habré hecho mi parte.
Wild and Gorgeous
(A Wendy James)
La vi
sentada en la escalera
a solas con su alcohol
en vaso de plástico,
los años asentados en su mirar, esquivo
tras unas gafas de sol,
media hora antes de
regalarnos
su voz
sucia y melosa,
de palabras
que hicieron mala a la sierpe,
de palabras
arrastradas
por su breve cuerpo,
los ojos entrecerrados,
ojos con los que soñaban media Europa
aunque yo sé
que sólo me miraron a mí,
bueno, y al Tones que vino conmigo al concierto.