Trampolin Etcetera TRAMPOLÍN ETCÉTERA - Alfonso López, Hipólito García, Sergio Cruz Placer - portadatrampolingrande 211x300 - TRAMPOLÍN ETCÉTERA – Alfonso López, Hipólito García, Sergio Cruz PlacerTítulo: TRAMPOLÍN ETCÉTERA

Autores:

Alfonso López

Hipólito García

Sergio Cruz Placer

Año de Publicación: 2009

Colección: Poesía eres tú

ISBN-13: 978-84-937571-0-6

Deposito Legal:SE-5914-2009

Editorial: Poesía eres tú

https://poesiaerestu.com

PVP:12 Euros (IVA Incluido). 11,54 Euros (Sin IVA)

RESEÑA:

Alfonso empieza desbarriendo la casa, esconde tarros de rutinas inverosímiles  detrás de las puertas, en el alféizar, se está riendo de todo con la seriedad propia de quien se ha bajado del carro de las normas y le ha echado un vistazo al día a día con una mirada tan sincera como suya. no pretende nada más que lo que dice. él es así. así son las horas que no entienden de deberes. el tiempo está ahí en el desayuno, el trabajo, las mentiras comunes en las que nos escondemos y de las que él reniega.

Después llega Bolo para descolocarlo todo en esa manera suya tan particular de ordenar las cosas de caos. para hacernos reír primero tiene que abrir nuestros cajones, entrar en ellos, observar todas las lágrimas que no nos atrevemos a llorar y menear la cabeza mientras con la batuta barrunta el ritmo justo en que lo que no entendemos se vuelve parte nuestra y alcanza como de pasada un tono capaz sin embargo de estallar y tocarnos la fibra, una, la que sea. tiene mucho trabajo bolo, porque nosotros no queremos hacer ese trabajo y a él le resulta tan fácil que compartir lo ilógico a modo de coherencia es un regalo que no le cuesta nada darnos.

Sergio se ocupa de las resurrecciones, sabe de ellas, porque sabe por dónde se toca fondo y cómo retumbar en el final de una frase para llegar adentro, abrir compuertas, es lo suficientemente fuerte como para sacar el coraje de todos sus yoes más desamparados, los más proscritos, los que están aún más allá del pensamiento, en la sangre misma, en la historia de la historia y en el temor más básico de la vida y decirnos eh, estoy aquí, yo también soy malo y bueno y hombre y niño, yo también tengo miedo y tengo ganas de tocar acordeones que ya están muertos para sacar las luces de la noche a relucir entre tus dientes, eh, yo sé que hay un lugar en que no te conoces ni a ti mismo, y es por ahí que hay que empezar si quieres conocer el lado más indigno de todas las cosas y darte el lujo de poder elegir.

EXTRACTO DE LA OBRA:

La chica rubia de la moto Aprillia

La chica de la moto Aprillia

con su sedosa y larga melena

aparca junto a la oficina del INEM.

Tú y Yo, chica rubia de la Moto Aprillia,

podríamos hacer un pan con unas hostias,

pero cruzo tranquilo el semáforo

rojo caliente y sensible

como el coche aparcado a la entrada del bar

donde su pacífico dueño toma café

y sale cada 30 segundos

a por su Ford Fiesta último modelo,

perro que ladra con su inoportuna alarma

al paso de cada congénere habitado

por su solícito, industrioso amante

(¿dónde andará la chica rubia de la moto Aprillia?).

Trailers 16 ruedas pasan

por una estrecha carretera que gira a la derecha

junto al Puente de Segovia.

Lalará lalarito

Y el muchacho rumano almuerza pipas.

Dices que no tienes tiempo

no quieres hablar

dices que no tienes tiempo

hoy te has lavado el pelo dos veces

dices que no tienes tiempo

ayer pasaste la tarde entera frente al televisor

dices que no tienes tiempo

la semana pasada fuiste todos los días a yoga

dices que no tienes tiempo

llevas un mes sin faltar a clase de alemán

dices que no tienes tiempo

hace un año me dejaste para siempre

dices que no tienes tiempo

dices que no tienes tiempo…

y mientras tanto a mí se me hace esto muy largo

La nana de las lágrimas blancas

después del desmayo blanco que pone fin a la velada

la cabeza se llena de desconcierto y vacío

el brazo sujeta un cuerpo de mil kilos

mientras los pies se hinchan de sangre con grumos

la náusea matinal acaba de llegar con un resquicio de sabor a vino

mi dormitorio es el último bar por esta noche

la almohada el último acompañante

y el dormir intranquilo la última conversación