retazosgrande RETAZOS DE JUVENTUD - Adrián Florentino SINESIO - retazosgrande 208x300 - RETAZOS DE JUVENTUD – Adrián Florentino SINESIOTítulo: RETAZOS DE JUVENTUD

Autor: Adrián Florentino SINESIO (2009)

ISBN-13: 978-84-937230-9-5

Dep. Legal: SE-5827-2009

Editorial: Poesía eres tú

https://poesiaerestu.com

PVP:12 Euros (IVA Incluido).

Retazos de juventud es el primer libro del poeta Adrián Florentino Sinesio (1988, Medina del Campo), a su vez compuesto por los poemarios Lluvia y Mar y Trisita de Abril. Este libro, nos muestra ya matices del que será su propio estilo poético. En él se aprecia ya una ligera influencia del “estancialismo”, corriente derivada del “perspectivismo” de Ortega y Gasset, que terminará por impregnar al poeta.

Retazos de juventud nos muestra a un poeta joven, pero en el que ya se aprecia cierta madurez, un gran sentimentalismo y la preocupación por temas existenciales como son el amor, la vida o la muerte.

EXTRACTO DE LA OBRA:

Paradoja

Sobre la Mar camino

despacio, para no hundirme,

iluminado por los luceros de tus ojos

en la negra noche, vacío infinito;

en el claro día

cegado por el Sol,

que, como un enorme montón de trigo en llamas,

allá arriba, muy arriba,

se deshace en el agua como un manantial áureo,

como si se pisase un enorme espejo

y se fragmentase en mil cristales amarillos

que se desvanecen en el azul infinito y eterno.

Otras veces,

el Sol se resquebraja inmóvil, asustado,

entre el azur de las nubes de lluvia,

como un pan de trigo

devorado por hambrientas mujeres;

llegando a mí, únicamente,

los rayos de harina blanca

que se desprenden tímidamente,

precipitándose al vacío.

Sobre la Mar camino

hoy, despacio, para no hundirme;

pero, lentamente, me hundo.

Sobre la Mar camino

hoy, despacio;

mañana nadaré bajo la Tierra.

Bajo la Tierra bucearé mañana

y ya no se romperá el Sol

en cien narcisos dorados

que se enreden como llamas en tus ojos;

y ya no me hundiré sobre ti, Mar infinito.

Y ya no tendré hambre,

ni sed, ni frío;

ni sentiré

tus atardeceres verdes…

Mañana, cuando nade bajo la Tierra,

únicamente podré sentir el tiempo
y el vacío.

Gotas de lluvia sobre la Mar

Como la infinita epifora

de un inmenso algodón de plata

caen las gotas de lluvia

sobre su carita de cielo.

A ti, Mar,

te calman la sed

de vida o, tal vez,

te arrebatan el aliento,

húmedo y salado,

que exhalas al aire.

Pero no temas, Mar,

pues tú no te puede ahogar

en la fragmentada cascada

de esas lágrimas de Luna,

de esas chispas de fuego;

tú sólo debes sonreír

y mostrar tus dientes de olas

y tu legua de cielo;

inmenso espejo de Dioses,

en ti mueren los ríos

y en ti se hunde el ocaso eterno…

Sólo tú, Mar,

aguantas su incesante golpear.

Sobre ti las gotitas tristes

desaparecen en un vasto azul,

en una obscuridad inmensa

sin dejar más rastro

que el de leves ondulaciones grises.

Pero debes temer, Mar,

que tú no te puedes ahogar

en ese asedio cristalino,

en esas lágrimas de lluvia

que te golpean lentamente;

tristes pedacitos de Luna…

XVI
Vencido

 

Se apagó el fuego.

Atrás quedaron las cenizas:

sangre negra

que no palpita en ningún cuerpo.

Tu mirada se proyecta

hacia delante;

yo sólo veo invierno,

nubes grises que me sobrevuelan

como buitres carroñeros.

No me comprendes,

no puedes hacerlo.

No me comprendes

porque no me comprendo.

Tú no me quieres,

lo sé,

y no quererte

es mi mayor deseo.

Se apagó el fuego.

Habrá que resguardarse pronto,

pues se avecina un frío invierno.