Mariadelolmo María del Olmo: “La poesía es como el grito que se le escapa al corazón cuando pierde la discreción”. - Mariadelolmo 200x300 - María del Olmo: “La poesía es como el grito que se le escapa al corazón cuando pierde la discreción”.1º) El Amor y las Palabras es tu primer libro de poesía editado. ¿Cómo entras en el mundo de la literatura y en particular al género poético?

 

Por sorpresa. Las sorpresas han marcado momentos importantes de mi vida.

 

En primavera repasé la temática de los poemas que había escrito durante los últimos años y observé que existía un hilo conductor entre ellos que los unía con armonía y les aportaba una sonoridad y colorido adecuados para ser publicados. Esta circunstancia, unida al hecho de que continuara emocionándome al leerlos, me ayudó  a tomar la decisión de intentar su edición. Que El Amor y las Palabras llegara al lector se convirtió de repente en una ilusión.

 

Buceé en Internet y me encontré con la Editorial Poesía Eres Tú. Recuerdo que envié los versos un lunes y al cabo de una semana la Editorial me informaba que publicaría la obra.

 

A veces las sorpresas llegan por el camino más corto, al menos esa fue mi impresión. En esos casos uno debe dejarse llevar y disfrutar de la experiencia. Desde entonces cada capítulo de esta bonita historia representa un plus de felicidad inesperada.

 

2º) ¿Estableces algún proceso a la hora de escribir un poema?

 

El Amor y las Palabras lo ha escrito mi corazón. Yo sólo le he prestado el teclado de un ordenador. Los versos han fluido desde dentro ágil e inconscientemente y sólo en el momento justo.

 

Creo que no sería capaz de adaptar a un proceso la redacción de una poesía.

 

Por ese motivo la poesía es tan especial. Increíblemente caprichosa. Es como el grito que se le escapa al corazón cuando pierde la discreción.

 

La poesía no lleva tiempo. No conoce del orden. No tiene un formato. Es una manifestación de libertad.

 

3º) Poeta o poetisa. ¿Cómo prefieres que te llamen y por qué?

 

Creo que nada avanzaría con la elección. La feminidad, el feminismo o lo femenino, va por otro camino por el que, según como se ande, se puede avanzar un poco más en aras de lograr más igualdad, justicia o libertad.

 

En cualquier caso, me gusta más la palabra escritora. ¡En este caso, está claro que escritora, y no escritor! Caprichos del lenguaje…

 

 

4º) ¿Cómo describirías tu propia poesía?

 

La describiría de una manera muy similar a como la describen los lectores de “El Amor y las Palabras”. Sincera, sensible, sencilla, variada, comprometida y valiente.

 

 

5º) ¿Rima o verso libre? ¿Dónde te sientes más cómoda y por qué?

 

Como decía anteriormente, la poesía es caprichosa, desordenada. No puedo predecir como construiré el verso.

 

6º) ¿Es el amor el eje fundamental en tu poesía?

 

En este poemario, sí. Completamente. El amor en todas sus manifestaciones. Porque en todas resulta imprescindible para crecer y alcanzar la felicidad.

 

7º) ¿Qué autores o lecturas te han marcado y de qué forma?

 

Muchísimos. Soy muy lectora. Y me gusta leer con lápiz para subrayar las frases que me agitan por dentro con solo leerlas. Me ha fascinado, por ejemplo, el verso sincero y breve de Bécquer o la profundidad de Rosalía. En poesía son muy fan de los clásicos porque me identifico muchísimo con ellos.

 

Últimamente he leído narrativa que también me ha cautivado y ha inspirado algunos de mis últimos versos. Susanna Tamaro, por ejemplo, en “Escucha mi voz” tiene la virtud de contar una historia difícil desde fuera hacia dentro, y eso es muy complicado.

 

La belleza literaria que llega a alcanzar la palabra en manos de Carlos Ruiz Zafón en “La sombra del viento” me ha enamorado. Resulta exquisita y de una elegancia que nunca se relaja. No puedo dejar de acordarme de algunas expresiones que en sí mismas son un auténtico verso: “(…) se le deslizó una sonrisa (…)”; “(…) se le cayeron los ojos”; “(…) se le deshizo la mirada de tanta gratitud”.

 

8º) Una vez dado el primer paso en la literatura. ¿Piensas continuar escribiendo?

 

Sigo escribiendo. Sin elección. Y leyendo. Hay que leer mucho y escribir mucho para uno, para continuar escribiendo para todos los lectores que deciden acercarse a tu obra.


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